¿Es recomendable compartir nuestro sabroso chocolate con niños? ¡Por supuesto! Siempre y cuando conozcamos algunas pautas relacionadas con los más pequeños. Hablamos de un alimento que nos encanta y por descontado, les encanta. Pero no siempre es aconsejable suministrar cualquier tipo de chocolate a nuestro bebé. ¿Quieres conocer las diferencias?
En primer lugar, comentamos el chocolate el polvo. Un producto dirigido para todos los públicos por su facilidad de digestión sin contenidos grasos. Además de facilitarnos la tarea de que los más pequeños disfruten de su vaso de leche. De hecho, a partir de los 5 o 6 meses podemos añadirlo en su biberón en caso de rechazar la leche sola. ¿Pero qué pasa con el chocolate en tableta? El alimento que nunca falta en casa contiene una mezcla de mantequilla de cacao, azúcar y cacao natural. Y en algunos casos, los chocolates puros aportan minerales como el potasio, el fósforo, el magnesio, el hierro y vitaminas del grupo B a nuestro organismo. Contradictoriamente, este tipo de chocolate cuenta con otra sustancia: la teobromina. Un estimulante que ejerce su acción en el sistema nervioso, y puede provocar un aumento de la actividad del niño similar a la del café. Además de ser dificultoso en su ingestión al estar combinada con azúcar y grasas de la leche.
Por lo que, ¿cuándo puedes darle una onza de Chocolates Clavileño a tu pequeño/a? A partir de los dos años. Puesto que a diferencia del chocolate puro, el resto contiene sustancias grasas que no son recomendables suministrarles. Del mismo modo que no deberían ingerir tartas y otros postres que contengan chocolate y azúcar en altas cantidades. Es a partir de los dos años y medio o tres cuando podemos empezar a compartir elaboraciones de lo más dulces, ¡pero con moderación!
Estamos convencidos de que te preocupas tanto por tu pequeño como nosotros. Por ello queremos recordarte que cuando tenga menos de un año no consuma absolutamente nada de chocolate. ¡Se lo dejamos todo a los «papis»! Y que pasado este tiempo pueda probar en pequeñas cantidades chocolate blanco, que contiene menos teobromina que el chocolate puro, y por consiguiente, menos cafeína. Aunque insistimos, lo mejor es esperar a que descubran el auténtico placer de una buena onza de nuestros Clavileño a partir de los tres años.
¡Por lo que por el momento, nos reservamos este capricho para nosotros! Ellos ya nos dejarán sin nada cuando lo descubran :p